Recuerdo que desde muy pequeña tenía pasión por el mundo de la moda. Me encantaba elegir mi ropa fijándome en los colores y en como tenía que combinar mis complementos. La elegancia y el buen gusto de mi madre han sido claves para dedicar mi vida a la moda. “Lo tenía muy claro”. Era y sigue siendo mi pasión y mi vida.
Mis comienzos fueron en Madrid a los catorce años, en una escuela de modelos, en ese momento la más prestigiosa, Cruz Maison. Iba y venía todos los sábados a hacer el curso, pero no pude ir a vivir a Madrid hasta que no acabé mis estudios en Burgos a los diecisiete años. Entonces fue cuando seguí con mi formación en diferentes escuelas de modelos, diseño y moda, estilismo, maquillaje, etc. Preparándome en los mejores centros durante seis años, alternándolo con el trabajo de modelo.
Mi sueño se estaba haciendo realidad con mucha constancia y esfuerzo. El subir a una pasarela o posar para una fotografía me creaba un sentimiento imposible de explicar con palabras. A los siete años volví a mi ciudad, Burgos, por temas personales y cumplí otro gran sueño para mí: abrir una escuela – agencia de modelos y perfeccionamiento de la mujer. Gracias a la ayuda de mis padres lo pude conseguir.
Quería que fuese diferente al resto, trabajar para que mis alumnas se sintieran bien por dentro para luego poder trabajar en la superficie, que me respetasen pero que confiasen en mi, y sobre todo, que creyesen en ellas mismas creando un vínculo más profundo que el de alumna-profesora. Sé que lo he conseguido y eso me emociona enormemente, y me hace que siga trabajando y luchando por mi escuela abierta en 1995, y con el orgullo de ver a muchas de mis alumnas consiguiendo múltiples éxitos profesionales, tanto en pasarela, como en publicidad y televisión.